El Barcelona sufre, en su naturaleza de grupo humano -deportivo e institucional-, el inexorable paso del tiempo. Ocho años y veinte títulos han pasado del trofeo de Liga que el entrenador holandés Frank Rijkaard consiguiera, hasta este presente que encuentra a Gerardo Martino contra las cuerdas por quienes presumen -sin ningún mérito- el fin de ciclo de uno de los mejores equipos de la historia del fútbol. Pocos le adjudican tal desenlace a la década que este conjunto prácticamente invariable de jugadores lleva encumbrado en el fútbol mundial.
Fáciles son las acusaciones a sus
referentes. Más fáciles las que ubican a Martino en el centro de la escena.
Ridículas las dirigidas a Lionel Messi o, calando más profundo en su propia
estupidez, las formuladas por el periodista español del diario El País LuisMartín, que acusa de todos los males a que el Barcelona se “argentinizó”, sin
siquiera detenerse en sostener con bases sólidas tal acusación. Martín asimila
la actualidad de los catalanes con aquel seleccionado argentino que cayera en
cuartos de final de la Copa América 2011, alegando la poca participación de
Messi en el desarrollo de los encuentros. Raro, porque fue el mismo periodista
que el 17 de marzo úlimo, cuando el argentino llegó a ser el máximo goleador de
la historia del Barcelona, manifestó que el fútbol “nunca
es fácil”, pero que “con Leo lo parece tantas veces”.
El reportero
habla de la “argentinización” peyorativamente. Acaso no son argentinos el
propio Lionel Messi, máximo ídolo de los blaugranas y principal figura de este
ciclo que señala por acabado; Alfredo Di Stéfano, máximo referente del Real
Madrid y actual presidente honorario; o Diego Simeone, director técnico del
Atlético Madrid, quizá el máximo exponente del fútbol español por estos días.
El periodista también omite que Argentina es un país dos veces campeón mundial
y dos veces finalista, y España apenas un vendaval que, como todo, empieza a
perder fuerza por el implacable paso del tiempo. Seguramente han pasado los
mejores días del Barcelona, como también los han pasado los de la selección
española. Quizá sea el Mundial de Brasil el que le ponga fin -o no- a este
grandioso ciclo del fútbol español, del Barcelona. No Messi. No Martino. No la
“argentinización”. El tiempo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario